Ven con nosotros, no seas tímido ni tímida. Estás en Madrid, en una de las capitales europeas de la cultura y el ocio, y la quieres disfrutar al máximo.

Pero claro, ya has recorrido los principales monumentos de Madrid, te sabes de memoria las mejores rutas por sus principales calles y empiezas a preguntarte, ¿qué más puedo encontrar por aquí?

Deja que te digamos que mucho, Madrid tiene mucho que ofrecer y muchas caras que mostrar. Puede que ya hayas visto el Madrid más turístico pero, ¿has visto el Madrid de los madrileños?

Los verdaderos gatos, como son conocidos los madrileños, tienen sus rincones favoritos de su ciudad y aunque algunos están a plena vista, otros son verdaderas gemas ocultas esperando a ser descubiertas y disfrutadas.

Los mejores sitios de interés que sólo conocen los gatos madrileños

El Retiro

Vale, puede que así de primeras, no te sorprenda mucho el sitio. Es comprensible. Pero aunque sea un lugar muy conocido, hablamos de rincones de los madrileños. El parque está siempre lleno de vida, pero eso no significa que no encuentres lugares tranquilos.

Es un lugar con la mezcla perfecta; zona verde, monumentos, y aunque visitado por turistas y transitado por locales, siempre hay lugares para descansar. Entre esos lugares, se encuentran algunos de los favoritos de los madrileños, los verdaderos gatos.

Además del Palacio de Cristal o el monumento al Ángel Caído, hay lugares menos transitados y muy queridos por los madrileños como son el Bosque del Recuerdo y la Casita del Pescador.

Aunque uno de esos lugares mágicos es un mirador que se encuentra a la vista de todos, y que ha estado más de treinta años cerrado. Hablamos de la Torre Mirador, un mirador con unas vistas panorámicas, que se encuentra dentro de la estatua del rey Alfonso XII, presidiendo el estanque.

Montaña Artificial

No nos movemos del Retiro, y aunque está catalogada como lugar turístico, los madrileños tenían tantas ganas de ella que la transitan y visitas como un rincón más de la capital.

Hablamos de la Montaña de los Gatos, una montaña artificial donde hay zonas verdes, zonas abovedadas, estanques y cascadas, que datan del siglo XIX. Es todo un lujo, un lugar que te transportará al pasado y donde podrás disfrutar de un pedazo menos conocido de Madrid.

Cenas diferentes

En Madrid hay siempre una gran variedad y oferta en el mundo de la restauración. Y en un sector tan dinámico y vivo como este, es muy difícil estar al día, conocer los mejores restaurantes y probar cosas nuevas.

Sin embargo, estos rincones sí ofrecen algo distinto, están alejados de las miradas de los turistas y esconden verdaderas sorpresas para aquellos madrileños, y ahora tú, que reserven mesa. Sólo vamos a poner un par de ejemplos, para daros una idea de lo que puede llegar a ofrecer la capital.

El primero es la Bodega de los Secretos, en Calle San Blas, donde cenarás en lo que nació como bodega en pleno siglo XVII. Su interior es un laberinto, entre galerías abovedadas de ladrillo visto , y un verdadero placer para una cena íntima y distinta.

 

Nuestro siguiente sitio conocido sólo por los gatos madrileños es el Caluana. Una mágica mezcla de gastronomía Italiana y Española, que tiene lugar en un rincón de la capital que te va a enamorar, también muy recomendable para parejas.

Su interior y decoración es sólo la punta del iceberg, porque cuando crees que el local te ha absorbido para siempre, pruebas la comida, y descubres que ese es su plato fuerte. Entre sus bóvedas y su capilla barroca del siglo XVI nace este lugar con forma de sueño, para darte una experiencia única.

Por último, no podemos aguantarnos no hablarte de este pequeño rincón. Parece un oasis de paz, situado por encima de todo el tránsito y trasiego de gente en pleno centro de Madrid. El Jardín de Salvador Bachiller, es un lugar fantástico en la tercera planta del edificio de Salvador Bachiller. Aquí podrás notar como el tiempo no pasa, entre cafés, tés y un ambiente relajado.

La Quinta de los Molinos

En la famosa, mítica y larga calle Alcalá encontrarás grandes rincones conocidos por todos. Aunque también esconde algún secreto, reservado sólo a los más observadores y amantes de la belleza.

Casi llegando al final de la calle, encontramos un parque, que bien podría ser un parque más de la capital. Pero no, tiene algo más; más de seis mil almendros. Y no, lo especial no es el fruto, lo especial es el cuándo visitarlo.

Entre febrero y marzo, los almendros entran en flor, y dan un espectacular colorido al parque, tiñéndolo de rosas y blancos, además de ser todo un regalo para el olor. Su belleza y la tranquilidad que transmite es algo reservado para los conocedores de este sitio tan especial de los madrileños.

Un jardín escondido

Otro rincón conocido principalmente por los locales, en este caso, por los vecinos del barrio de La Latina. En el Palacio del Príncipe de Anglona, hay un pequeño jardín bien resguardado de la mirada de los curiosos.

Caminos empedrados, un cenador, una fuente, árboles altos y muros de piedra hacen de este jardín todo un descubrimiento para aquellos que paseen por el barrio. Es íntimo, bonito y un rincón del que los madrileños están muy orgullosos.

El túnel Bonaparte

José Bonaparte, hermano de Napoleón, mandó construir este túnel a comienzos del siglo XIX, que une el Palacio Real con la Casa de Campo. ¿La razón? Una vía rápida de escape por si la cosa se ponía fea.

Nunca acabó de construirse, así que nunca se pudo usar, aunque es un secreto muy bien guardado por los madrileños, se conoce que existe un proyecto para acabar su construcción y abrirlo al público. Así que este sitio de interés y su interesante historia conocida por los madrileños, tendrá que esperar un poco más.